Estrategias de cortesía

Aproximarse y evitar: estrategias de cortesía en castellano, Gijs Mulder.

Brown y Levinson conciben la cortesía como una orientación del hablante hacia el oyente o face del oyente, concepto que tomaron del sociólogo Goffan y que lo definen como la propia imagen pública que cada persona reclama para si. Esta imagen puede ser positiva (necesidad que cada persona experimenta de non ser molestada) o negativa (necesidad de que sus necesidades sean compartidas por los demás). Los actos de habla exhortativos y las ofertas suponen una amenaza para la imagen del hablante. Además de los actos de habla que afectan al hablante, hay otros que conciernen al oyente, como son las promesas y las disculpas. La teoría de Brown e Levinson establece que las amenazas a la imagen del interlocutor pueden ser minimizadas mediante dos estrategias de cortesía. La primera consiste en realizar un enunciado de forma clara. La otra posibilidad consiste en realizar actos de habla indirectos en los que la intención del hablante resulte ambigua (uso de preguntas retóricas, alusiones, ironía o generalizaciones). El uso de una u otra estrategia comunicativa está determinada por tres factores sociológicos: el factor de autoridad que el hablante ejerce sobre el oyente, la distancia social entre los interlocutores y el grado de imposición que tiene un acto en una determinada cultura.

Mulder, partiendo de la clasificación de las estrategias lingüísticas para satisfacer las necesidades de imagen hecha por Brown y Levinson, distingue las siguientes estrategias para la cortesía positiva:
- Tuteo y otras formas íntimas de dirigirse al oyente (macho, guapo, chico...).
- Expresiones que sirven para hacer participar al oyente en la conversación (¿sabes?, ¿no?, mira).
- En situaciones de bilingüismo: alternancia de código.
- Utilización de la jerga para evocar sensaciones y actitudes compartidas.
- Preguntas negativas que suponen una respuesta afirmativa. De este modo el hablante afirma su conocimiento sobre las actitudes de su interlocutor, influyendo para que coopere con el.
- Formular un ruego con “¿por qué no?”. A través de sugerencias indirectas, el falante expresa su optimismo al suponer que su interlocutor cooperará con él.
- Fórmulas que expresan el deseo de estar de acuerdo con el oyente.
- Realizar críticas negativas con el fin de ocultar cualquier divergencia (“Me gustó la película,, pero é demasiado dura”).
- Repetir lo dicho antes por la otra persona para acentuar el acuerdo con ella (-¿Vamos a ver las vacas? - Vamos).
- Utilización de la primera persona de plural, aunque el falante sólo se refiera al oyente (Mañana traemos leída la lección dicho por un profesor).
- Uso de bromas: precisan de la existencia de conocimientos y valores comunes para ser interpretadas.
En cuanto a la cortesía negativa, señala las siguientes estrategias:
-Tratamento de usted, señora/señor, doña/don al interlocutor: muestran deferencia.
-Enunciados ambiguos pero que en su contexto admiten una única interpretación.
-Utilización del condicional, imperfecto de subjuntivo y pretérito imperfecto: se crea una distancia metafórica para no herir al receptor ("Deberías ir al médico").
- Atenuantes que mitigan lo que expresa el predicado. Aquí diferenciams entre los que mitigan la imposición (un poco, un momento y sólo) y los que aluden a la fata de precisión en la información del enunciado ("En principio quedamos el lunes").
- Desfocalización: se suprime la identidad del hablante y del interlocutor con el fin de comunicar al oyente sin influír sobre él. Esto se puede hacer mediante los siguientes procedimientos: utilización de se, empleo de pronombres impersonales o el uso de la primera persona de plural, que minimiza la responsabilidad del hablante.
-Realizar una disculpa con el fin de no coaccionar al oyente, bien mediante la autocrítica o bien pidiendo perdón.