Componentes materiales de la enunciación

Podemos hablar de dos clases de elementos: de naturaleza material o física (entidades objetivas y que se pueden describir externamente) y de naturaleza inmaterial (diferentes tipos de relaciones que se establecen entre los elementos).

Emisor
Es la persona que produce de forma intencional una expresión lingüística en un momento determinado , ya sea oralmente o por escrito. Un emisor es el hablante que está haciendo uso de la palabra en un momento determinado, en función de un tiempo y una situación concreta.

Destinatario
Persona o personas a que el emisor dirige su enunciado y con las que normalmente suele intercambiar su papel en la comunicación. La intencionalidad cobra también un papel importante, ya que no se puede considerar como destinatario a un oyente casual que capta una conversación por casualidad.

Enunciado
Es cualquier fragmento de habla producido por una persona, antes y después del cual se produce un silencio por parte de esa persona. Un enunciado es el uso que hace un hablante determinado en una ocasión determinada de un fragmento de una lengua. (Aquí hay también quien diferencia enunciado de oración). El enunciado es el resultado de un proceso de enunciación, es la mínima unidad comunicativa. Presenta aspectos pertenecientes a distintos niveles: aspectos relacionados con su estructura sintáctica y semántica, aspectos que se refieren a su configuración fónica y prosódica y aspectos que pertenecen al dominio de la pragmática.
Dentro del enunciado destacamos las siguientes características:
- secuencia de comunicación mínima, con una estructura sintáctica no determinada
- producida en un contexto real de enunciación
- por un hablante
- con una intención comunicativa precisa
- dirigida a unos interlocutores
- que asignan a esa secuencia una interpretación válida en términos comunicativos, un sentido.

Entorno
También denominado contexto o situación espacio-temporal (puesto que incluye como coordenadas principales el lugar y el tiempo). El entorno es exclusivamente contexto físico, externo y sólo coincidente parcialmente con la denominación de contexto tal como la emplean ciertos lingüistas para referirse no sólo al contexto físico, sino también al cultural e histórico. Se suelen deslindar tres tipos de contexto: el lingüístico, el situacional (que es el sentido que adquiere aquí entorno) y el sociocultural.
Leckie-Tarri diferencia tres niveles de contexto: contexto de cultura, contexto de situación y contexto de texto.
Coseriu habla del contexto extraverbal para ese conjunto de circunstancias no lingüísticas que son conocidas por el hablante, lo que física y culturalmente rodea al acto de enunciación. Así, cita varios tipos de contexto: físico (cosas que están a la vista o a las que un signo se adhiere), empírico (estados de cosas objetivas que se conocen por quienes hablan en un lugar y en un momento determinados), natural (totalidad de contextos empíricos posibles), práctico u oracional (particular coyuntura objetiva o subjetiva en que ocurre el discurso), histórico (circunstancias históricas conocidas por los hablantes) y cultural (tradición cultural de una comunidad).
En la última década la noción de contexto ha experimentado cambios importantes. Se ha pasado de una concepción del contexto como un factor estático, extralingüístico y preexistente a la enunciación, a una concepción del contexto más dinámica, caracterizada por una orientación cognoscitiva: el contexto desempeña un papel decisivo en la interpretación pragmática de todos los enunciados y el contexto no está predeterminado, sino que se construye al interpretar.
Sperber y Wilson definen el contexto como un conjunto de premisas usadas en la interpretación de un enunciado, es un subconjunto de los supuestos manejados por los hablantes en el proceso interpretativo.
El procesamiento de un enunciado no requiere que se activen en la memoria todos los conocimientos del oyente, sino una cantidad mínima de supuestos necesarios para obtener la información. Para que la comunicación tenga éxito, el oyente debe seleccionar los supuestos que le llevan a la interpretación prevista por el hablante (debe construir él mismo el contexto adecuado).
Esta concepción del contexto como realidad cognoscitiva y como representación mental que involucra la memoria, la organización de los conocimientos almacenados en ella y las capacidades deductivas se aparta de la concepción tradicional.